ESCAPULARIO

Los miembros de las Ordenes Religiosas iniciaron la costumbre de llevar sobre su túnica un escapulario. Empezaron usándolo para proteger su vestido mientras realizaban sus trabajos. Es de allí que le viene el doble nombre de “escudo protector” y “misión de servicio”. Después fue siendo una parte importante y distintiva del “hábito”, de varias órdenes religiosas, con diferentes diseños y colores para distinguir unas de otras. Es por lo tanto el Escapulario un distintivo religioso, signo de la personal entrega y consagración al Señor nuestro Dios, vivida en una determinada espiritualidad.






QUÉ NO ES EL ESCAPULARIO

  • No es un objeto (amuleto) que vaya a concedernos una protección mágica.
  • No es una garantía automática de salvación.
  • No nos dispensa de vivir las exigencias de la vida cristiana cada día.

QUÉ SÍ ES EL ESCAPULARIO

  • Es un SACRAMENTAL. Es decir, es un signo sagrado, por medio del cual se obtienen efectos, sobre todo espirituales, por la intercesión de la Iglesia.
  • Es estar abiertos a la “voluntad de Dios” en nuestras vidas.
  • Es desear ser guiados por la fe, la esperanza y el amor.
  • Es permanecer cercanos al prójimo, de manera especial, al necesitado.
  • Es orar constantemente, descubriendo así a Dios presente en todas las circunstancias.
  • Es un “signo” que alimenta nuestra esperanza del encuentro con Dios en la vida eterna bajo la protección de María Santísima.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

El escapulario SI es una garantia de salvacion:

En un momento de gran aflicción para la Orden del Carmen, San Simón Stock suplicó a la Madre de Dios que le diese una señal de Su protección. Y el día 16 de julio de 1251 la Santísima Virgen se le apareció con el Niño Jesús y le presentó un Escapulario, prometiéndole que todos los que con él muriesen no padecerían el fuego eterno. “Es, pues, una señal de salvación, salvaguardia en los peligros, alianza de paz y de protección sempiterna”, dijo la Madre de Dios.

El sentido de esta promesa es que la persona que muere con el Escapulario recibirá de la Virgen María, a la hora de la muerte la gracia de la perseverancia en el estado de justicia si está en él, o, en caso contrario, la gracia de la conversión y de la perseverancia final.

Esta “gran promesa” es válida no sólo para los religiosos que mueren con el Escapulario largo, sino también para los fieles que lleven el Escapulario pequeño o la medalla–escapulario.

La predilección de María Santísima por el Carmen fue confirmada de modo aún más maternal en el siglo siguiente, cuando se apareció al futuro Papa Juan XXII, entonces cardenal, en Avignon, Francia. Allí le prometió una especial asistencia para los que llevasen el Escapulario del Carmen, diciendo que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de su muerte.

Fuente:
http://www.devocionesypromesas.com.ar/escapulario_del_carmen.htm

28 de enero de 2010, 11:35  

Publicar un comentario